martes, 29 de noviembre de 2011

23 de nov, 2011: El dinero, Robert Bresson

En el Rodaje de L'Argent
Mi querido lector (yo):


El contexto:
Estamos a mitad de uno de los mejores ciclos que hemos programado en este cineclub: BRESSON.
El visionaje ha sido: Lancelot du lac, El Diablo probablemente y El dinero.


Para este entonces no cabe duda: el estilo es único. Desconcertante, sería el adjetivo que unifique la percepción de la mayoría de nosotros  si quisiera poner uno.
Un nuevo amigo nos ha estado visitando acompañando a Alex. Bienvenido! Alguno de sus comentarios incluyó la idea de que se hubiera ahorrado todo ese tiempo para decir algo tan simple y que salvo la niña y el perro, las demás apariciones le parecían irreales... corrijo: lo único que le pareció real fueron las apariciones de la niña y el perro. No le podía creer a los actores nada de lo que hacían.


Mi apunte:
Si, comprendo perfectamente la reacción de nuestro nuevo amigo (en mi siguiente entrada diré su nombre porque no lo recuerdo). Quizá porque mi trabajo y preparación me lo demanda de alguna forma, pero fue tras ver algo de Bresson que puse especial atención en todo lo que subyace en la realidad acotada. Como ejemplo narro:


Un verano completo grabé las reuniones diarias con tantos desconocidos en casa. Todos los días a las once de la noche arribaban a mi departamento caras desconocidas y pasábamos noches enteras hablando de nuestras culturas, de Barcelona, política, cine y superficialidades. Revisando las imágenes noté que sólo grabé el mismo cenicero de siempre, zapatos, manos sosteniendo cigarros, la mesa llena de botellas y bolsas de botana, la pantalla de la lap top reproduciendo la música, unas cortinas que dejaban pasar la luz del nuevo día, la lámpara. Y de fondo la música y las voces. Todos los rostros interesantes y hermosos de mis visitas sólo están en mi memoria. Sin embargo mas en mi mente está el pensar en los contenidos de esas desveladas: cigarro, vino, tapas, música... No hubo nada especial ni nadie especial salvo el concepto de usar la noche para lo mismo. Luego entonces y aunque grabar sus caras hubiese sido lindo de ver, la verdad hubiese sido maquillada por esos rostros, porque quien viese esas grabaciones pensaría en esas personas y en sus características físicas, lo que decían, sus expresiones. Pero todo eso esta en la superficie de lo que en realidad estaba sucedendo: nada. Solo convertir en cenizas la noche vaciando botellas con personas sin rostro mientras me negaba a reconocer que existía un nuevo amanecer esperándome.


Eso es una realidad acotada, y todo puede acotarse! Uno se puede parar en medio de cualquier lugar y asomarse por el visor de una cámara. Lo que está sucediendo fuera de ese rectángulo es lo mismo en todo caso... Pero existe un encuadre (y un tamaño del encuadre), que junto con un determinado sonido tiene la capacidad de revelar únicamente eso que sucede. 


Si a ese encuadre se le añade algo mas... como un gesto, un rostro, un cuerpo, una acción, un objeto o bien el tamaño de la escala... eso que sucede se ve adulterado por nuestra percepción. 


Un ejemplo de lo esencial: este plano con un diálogo, silencio, sonido de él bajando las escaleras a prisa


Me parece que Bresson trata de practicar eso mismo de acotar para llegar a lo esencial. Precisamente para no afectar lo real de aquello que cuenta. Sus personajes son hermosos. Pero pensando en El diablo probablemente como ejemplo: sería lo mismo si esa película hubiese sido interpretada por Leonardo Di Caprio? o por Johnny Deep? qué lectura hubiésemos alcanzado de esa realidad si hubiésemos contado con el derroche de histrionismo y talento de alguno de esos actores por muy bien dirigidos que pudieran ser? imaginémoslos con esos gestos, esa cadencia al hablar y caminar que los modelos de Bresson... En el mejor de los casos pudiesemos admirar su capacidad de modular sus interpretaciones, pero de la película... nada. Entonces lo mas honesto que pudiera hacer un director con sus espectadores es mostrarles una película que les permita ver... la película!


Quizá Bresson hubiese podido con Di Caprio y viceversa, quien no hubiese podido hubiese sido la película


Bresson sabe que el ser humano piensa, deduce, especula, imagina... comprende. Y sabe que nuestra actividad mental es enorme por muy lenta que sea. Quizá por eso mismo depura el camino para llegar a la película.


El dinero: película de un verde grisáceo o un gris verdoso de la que, espero  pronto, podremos hablar. Primero espero sus comentarios.



si desean verla de nuevo en la comodidad de casa, aquí dejo este enlace de descarga



Claro, un agradecimiento a Arsenevick y su maravilloso blog
 http://scalisto.blogspot.com/